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Energía    (incluido en Grupo Fundacional de Verso )

A la hora de declamar, actuar, bailar, contar, enseñar y, en general, estar, hace falta energía.

Esta noción es confusa: físicamente (según la ciencia física) es definida de varias maneras, según el origen de su existencia, creación o transmisión, formas que más tarde se demostraron equivalentes. Las tres formas más importantes son las energías potencial (antes de aplicarse), cinética (movimiento) y el trabajo (tarea realizada): otras formas, como la eléctrica, nuclear, química, etc., pueden reducirse a una de las anteriores.

En lo que toca a las actividades enunciadas al principio, se trata de una energía personal, del tipo de la potencial, la acumulada, la disponible, que uno, si la tiene, coloca en todo lo que hace, Recordemos cómo juega un niño sano: podría levantarse las piedras de las pirámides acumulando lo que emplean en tareas no utilitarias o lucrativas; al jugar y al vivir. Generan (o trasmutan) energía y deben darle salida so pena de explosión. Y cómo envidiamos esa dispendio, como nos atrae, como nos prendamos de sus poseedores y dispensadores.

Esta energía lleva, puede llevar al arte. Un niño en un café de Turquía lleva un bocadillo a un cliente. Como ya domina el oficio, al volver expende su energía sobrante en patinar sobre el pavimento. Hace un juego adicional sobre su trabajo, adorna su técnica porque sí: y ese juego puede devenir artístico, como la decoración de un plato (instrumento para comer) o la talla de una pipa (instrumento para fumar).

Bien, vamos al punto que nos interesa ahora:

El actor en escena debe brillar, atraer, interesar, emanar, focalizarse. Y eso es energía derramada sobre sus demás actividades teatrales, para llevarlos al espectador con su venia, porque si éste mira a otro lado, la transmisión no se consuma.

Quien posea esta energía, bendito sea, porque suyas son las posibilidades de éxito; quien no, que la busque, acreciente y concentre, so pena de contar historias que nadie escucha. Busque por aquí y por aquí.

La energía personal toma la forma de vida intensa, incluso cuando el actor y la persona están en reposo. Se manifiesta mediante la vida en la mirada, en la expresión, en pequeños movimientos. La energía arrastra porque comunica vida: toda vida tiene energía en forma de movimiento.

Ahora bien, la energía, como todo, debe ser administrada según se necesita. De modo que un aporte excesivo, inmoderado, hace más mal que bien: sobresalta, rompe, desharmoniza. Así que nos parece que los gritos, carreras, carcajadas, golpetazos, en fin, todo lo de gran volumen y sobresalto hay que tomarlo con mucha prevención. Mas bien habría que fingir los gritos, las carreras y los sobresaltos. El actor es el gestor de todo su bagaje, energía, emoción, movimientos y debe servirlo en las proporciones adecuadas cuando y a medida que se necesita.

Hay que tener energía en escena, pero no excesiva. Energía en la acción, más que en el volumen, la velocidad y la brusquedad.

Pero hay una condición ineludible para que la energía cumpla su función, se mantenga y acreciente, sea harmónica:

la energía debe tomar forma de ritmo.

La arritmia pone nervioso, no atrae, repele, agita. hasta los parlamentos que reflejan agitación están insertos en un ritmo, versal o no.

Otra condición importante es la siguiente:

la energía debe crear forma

Es decir, diversificarse, organizarse, articularse, disponerse, extenderse, colocarse para conformar una estructura sutil, perceptiva, harmónica.

Pensemos en el agua que cae de la Alpujarra: llega a la Alhambra y va discurriendo por los jardines del Generalife, creando canalillos, estanques, de terraza en terraza, creando superficies brillantes y reflectantes, sonidos harmonioso, frescura...

La fuerza muscular que viene del alimento y el aire se convierte en la persona experimentada y sana en movimientos bellos y efectivos, en la danza, en la gimnasia, en el circo...

Pensemos por últimos en la energía bruta del aire pulmonar: al salir por una garganta y espíritu entrenados y educados, se transmuta en canto bellísimo, en versos que conllevan pensamientos sublimes y expresivos.

En cuanto al habla, un habla enérgica es un habla rítmica, por supuesto, entonada (con amplio ámbito tonal) y articulada (consonantes precisas, pronunciadas). Veamos algo de articulación.

 


Vuelta al Principio   Última actualización: sábado, 14 de septiembre de 2013    Visitantes: contador de visitas