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¿Qué es afinar bien?  (incluido en Conversaciones con Felix Sierra)

A esta pregunta se responde de manera sencilla que haciendo coincidir los tonos elegidos con los de una escala previamente elegida. Esto es cierto, pero no basta porque no satisface: ya lo hacen las máquinas, y, la verdad, dejan mucho que desear en cuanto a la satisfacción emocional y artística que nos produce.

Entonces parece que esta definición es demasiado mecánica. Vamos a ver de sutilizarla.

En primer lugar observamos que, como en todo arte, e incluso, en toda circunstancia de la vida, esperamos un cierto grado de novedad, un no saberlo todo y ser sorprendidos por lo que nos adviene. Ello nos intriga, nos engancha, incluso nos ilusiona y queremos seguir con ello para ver en qué para todo.

Comentábamos cosas parecidas al hablar de la  Metáfora.

Con la afinación pasan cosas parecidas. Aún melodizando sobre una escala determinada, cosa que parece indispensable, durante un rato al menos, nos gusta a veces llegar a las notas de esa escala, no directamente, no ya, sino dilatar ese encuentro con la nota mediante una vaguedad, una como duda, una como indecisión que se resuelve después felizmente, es decir, en la nota de la escala. Volvemos, aquí, a encontrar nuestro  Vaivén anímico concepto que acuñamos para ilustrar, sobre todo, las alternancias disonancia-consonancia.

Estos rodeos para afinar las notas se dan en instrumentos libres como el violín, las mil flautas de las mil culturas y, especialmente, en la voz humana, que trae del habla sus tonos evolucionantes.

De esta manera aparecen glisandos, vibratos y trinos (similares, excepto en el ámbito y codificación de la oscilación), los quilismas gregorianos y figuras mil que son coo pequeñas ceremonias rituales, antes de la consumación.

Ahora bien, es esencial llegar a la nota justa, porque sino, el juego anterior es un perderse, un vericueto sin final.

Instrumentos, por otra parte, espléndidos, como el piano, son poco capaces de estas florituras, y no digamos, antes que él, el clave y el órgano, verdaderos cíclopes de paso lento en cuanto a la melodía se refiere.

De modo que, tenemos ya un primer principio poco conocido

Afinar bien es afinar después de desafinar.

Oímos los juegos exquisitos de Zara y oímos cómo sobre una muy simple melodía, borda y enhebra inflexiones sutiles de gran encanto. Asimismo son sutiles y ricos los juegos de la música india en todos sus instrumentos sin excepción excepto el pobre harmonio, instrumento batard, rehabilitado por el entusiasta canto de los kawali de India y Paquistán.

Pero incluso en nuestras músicas occidentales, tan domadas, las pobres, tan instrumentales, cabe siempre jun pequeño hálito de libertad afinatoria en lengüetas, dedos y cuerdas, sobre todo las vocales, Hay pequeños glisandos, vibratos e imprecisiones en las notas que no pertenecen a la armadura modal-tonal a las extrañas al acorde, podríamos decir.

En el flamenco, por ejemplo, se da el hecho curioso de que coexisten dos instrumentos con escalas diferentes: el cante y la guitarra, si bien, lo hacen de manera sabia en el sentido de evitar el conflicto chirriante: en efecto, guitarra y voz se alternan mayormente, recreando a deux el vaivén antes citado, la voz juega con los tonos, se pasea con libertad, y la guitarra remata después la faena con un acorde que deja las cosas claras.

Volviendo, ahora, a las notas de la escala, sea esta cual sea, recordaremos que no interesan tonos o frecuencias determinados, frecuencias absolutas, sino únicamente relaciones entre ellas, intervalos cuya mayor o menor consonancia genera una cascada estructurada de parentescos y oposiciones, de tensiones y relajaciones. Decíamos en otro lugar que no hay melodía más dramática que la escala, en el sentido de que pasa por todas las situaciones posibles de sonancia.

Ahora bien, estas sonancias se cuentan en relación a una nota, la tónica, en las escalas que podemos llamar sencillas o de una pieza, o en relación a una consonancia de la tónica. Esto representa una cierta modulación, como no es igual ser amigo de alguien que ser amigo de un amigo, la relación se hace más tenue, y, por lo tanto, más libre. Todo esto debería ser tratado al hablar de las Escalas.

Los intervalos entre notas contiguas, los llamados conjuntos, son poco reconocibles, no son muy precisos, como se puede ver acumulando intervalos fuera de una escala habitual, semitonos o tonos: no se cierra bien la octava, esa imprecisión es, a la vez. una fuente de libertad entonativa, siempre que no acabemos en una nota desafinada, es decir, podemos ir de una consonancia fuerte a otra menos fuerte xcon una cierta libertad, pero no al revés, es decir, podemos ir del do al si, en do mayor, con cierta libertad, pero no al revés. Es decir, yo me puedo alejar de una consonancia con una cierta imprecisión, pero no puedo ir de la disonancia a la consonancia sin precisión. Es decir, hay que afinar muy bien las consonancias, y se pueden afinar las demás notas con menos precisión o más libertad (como se prefiera).

En la ejecución colectiva monódica, compatible con octavaciones varias, afinar bien significa probablemente hacer coincidir varias series harmónicas en una, es decir, que la afinación por harmónicos sería la buena, esto incluso, caso de ser cierto, lo cual precisaría ser probado, es imposible, sobretodo en la músicas modulantes, al final toda afinación monofónica colectiva, y no digamos polifónica, especialmente la música con harmonía, lo que se da de hecho es una gran tolerancia admisible por la fugacidad de las coincidencias y descoincidencias de las nota entre sí. quizá lo que se le ofrezca al oyente sea un pretexto, un montaje donde nada sea especialmente chirriante, pero esto son, también, elucubraciones.

Pero una cosa es cierta, todos los aparatos medidores de frecuencia, entre ellos el oído, son tanto más precisos cuanto más tiempo hay para evaluar una afinación, de modo que, lo que funciona en rápido, puede no funcionar en lento, lo que ocurre que, en lento hay mucho más tiempo apara aproximarse más a una afinación deseada, ya que el propio intérprete, que se autoevalúa, puede autocorregirse.

Tratamos este tema, mucho después, en Afinar.

 


Vuelta al Principio    Última actualización: Thursday, 20 de February de 2014  Visitantes: contador de visitas