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Mapatone Nueva Época    (incluido en Conversaciones con Felix Sierra)

 

Conversación nº 1 (15-9-03)

 

Al empezar el curso (todavía conservamos el automatismo escolar) hemos visto el nuevo Mapatone. Nuevo en la presentación, que separa la pantalla en cuatro ventanas, una de mandos o controles de la ejecución, otra de partitura, otra el mata propiamente dicho y la cuarta un teclado que permite tocar notas y acordes que pasan a partitura.

 

Pero el día de hoy se ha dedicado a presentar las nuevas facilidades de encontrar el material melódico que corresponde a un acorde.

 

El proceso comienza definiendo a priori un conjunto de escalas e intervalos que corresponden a cada tipo de acorde: p. e.: a un perfecto mayor le corresponde una escala mayor, a uno de séptima una mixolidia, a un menor una escala menor melódica o armónica o natural (la armónica, inicialmente seleccionada ha sido cambiada a melódica en esta presentación porque sonaba demasiado orientalizante).

 

Una vez adoptado un acorde sobre una nota concreta, se genera la escala de notas sobre esa nota, mediante la citada escala de intervalos: sobre DO la escala de intervalos (2, 2, 1, 2, 2, 2, 1), pasa a ser DO RE MI FA SOL LA SI DO.

 

Acorde y su escala se almacenan; podemos considerar que almacenamos un contexto armónico de una protomelodía, que es una de las funciones de la escala: repertorio de motivos y melodías ascendentes y descendentes combinadas al infinito. Así, la escala es tanto un repertorio de notas, como un repertorio de grados vecinos, que son los que se emplean fundamentalmente en las melodías.

 

Esta escala almacenada con tal acorde se emplea en Mapatone de dos maneras diferentes. La primera en lo que hemos dado en llamar contrapunto diatónico, que consiste en enlazar dos notas vecinas en cada una de las voces, empleando sólo las notas de la escala del acorde al que pertenece la primera. Por ejemplo, si pasamos de la nota SOL a la nota SI, pertenecientes respectivamente a los acordes de DO mayor y mi menor, la haremos mediante un LA natural que corresponde a la escala mayor de DO; si pasamos de RE a LA bemol, pertenecientes a los acordes de SI bemol mayor y FA menor, lo haremos con las notas Mib, FA y SOL, pertenecientes a la escala mayor de SI bemol (y también a la de FA menor natural. Pero esto es una coincidencia en el entorno de nuestro programa).

 

La segunda aplicación de esta escala del acorde es la de repertorio de motivos y melodías para una verdadera melodía que se inserta entre dos acordes, sobre la escala del primero. La adscripción de esa melodía a la escala del acorde al que se va no ha resultado satisfactoria, volviendo a la idea inicial.

 

Este criterio puede ser contestado en una harmonía tradicional, ya que, en ella, los acordes no se representan tanto a sí mismos como a una tonalidad de base, aunque sea local, a la cual cooperan varios acordes vecinos. En esta situación, las melodías construidas sobre estos acordes, deberían emplear una sola escala, la del tono global al que pertenecen. Esto equivaldría a emplear una sola escala, o bien, a cambiar la escala de cada acorde según su función en ese tono. Por ejemplo, en DO mayor, un acorde de FA mayor (subdominante) precisaría emplear la escala de DO mayor, con SI natural, en vez de SI bemol (escala mayor de FA). O bien, considerar que tocamos sobre ese FA una escala lidia (FA SOL LA SI DO RE MI FA).

 

Esta consideración de una tonalidad local, de una zona, exigiría un cierto análisis harmónico de los acordes introducidos, que, como se sabe, se hace manualmente en Mapatone. Tal como está, las melodías cobran una cierta independencia harmónica, más cercana al jazz y blues.

 

La melodía ha sido dotada de una continuidad entre acordes vecinos, recordando la última nota de una melodía en un acorde y buscando a que grado y octava corresponde esaa nota en la escala del segundo acorde; o es la misma nota, o es una muy cercana.

 

Además, se han dotado a estas melodías de una estructura rudimentaria de compás, fijando a priori una duración total de compás cuantificada en unidades cualesquiera y generando aleatoriamente un número variable de notas con duraciones variables, pero cuya suma sea la total fijada de antemano. (La música así generada suena un poco a Couperin con adornos y jadeos).

 

Para llegar a un compás más convencional (y más interesante), (en este caso coinciden ambos caracteres) habrá que dotar a esa medida bruta de pulsos de una cierta estructura típicamente binaria, ternaria o cuaternaria, obligando al generador de duraciones aque comience nota con frecuencia al iniciar esas partes del compás: en efecto, las partes de un compás se reconocen porque la música presenta nota comenzando en ellas, lo que divide de facto el compás en esas partes (justamente, la síncopa es tal porque contradice esa tendencia.

 

En otra entrevista re4visaremos otras novedades de Mapatone y mostraremos el paso útil de los archivos de ayuda a un navegador de ayuda.

 

 

 


Vuelta al Principio     Última actualización:  Thursday, 21 de February de 2013   Visitantes: contador de visitas