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CANTO y VIBRATO (incluido en Conversations with Itziar)

De las inmensas faltriqueras del Hermano Marx mudo sacamos un nuevo punto: canto.

Esto del canto consiste, como todos saben, en acumular aire primero en los pulmones y luego expulsarlo lentamente, pero no a lo tonto, como cuando respiramos, sino que se le pone a trabajar, poniendo como obstáculo las cuerdas vocales juntas a través de las cuales el aire se abre paso, abriendo, cerrando, abriendo...las cuerdas vibran con regularidad produciendo un tono.

El tono, ligado a la frecuencia (nº de veces por segundo que las cuerdas se abren y se cierran) se controlan tensando las cuerdas mediante los cartílagos arytoneideos. La práctica hace ese control casi automático, de modo que pensar en un tono ya produce la tensión necesaria en las cuerdas para emitirlo. La realimentación que produce la audición de ese tono (directa de la boca al oído) permite una última corrección. Si todo esto va bien, se afina.

El canto precisa además pronunciar palabras en esos tonos con algunos problemas entre fonética y tonos, y un adecuado tomar el aire para renovarlo en los pulmones, sin perturbar la ejecución musical y la pronunciación del texto.

La afinación de la nota cantada se ve además perturbada, pero en este caso voluntariamente, a efectos artísticos, por el vibrato, oscilación del tono alrededor de un valor medio, el de la nota. El vibrato se ajusta al tempo de la melodía de modo que el número de oscilaciones no es arbitrario, sino un número sencillo, 4, 6, 8, en cada golpe del tempo o pulso.  ¿Y cómo se vibra con la voz? Pues, simplemente, se mueve todo el conjunto anterior, ya afinado, aplicando una tensión-distensión adicional a la exigida por la nota. Y esto lo produce otro cartílago o hueso, el hyodes, que opera como la muñeca de un violinista, moviendo todo el conjunto preafinado.

Este vibrato no es la oscilación tímbrica que se oye en los cantos tibetanos y similares, en este caso la variación de tracto vocal varía los formantes de la voz, y por tanto el timbre que oímos.  Tampoco es lo mismo que el trémolo, variación vibratoria de la intensidad del sonido, que es lo que conseguiríamos vibrando con el diafragma. En este caso, aunque el efecto sonoro es parecido al vibrato, el dominio de éste es mínimo, y se desaconseja como técnica.

Inténtese el vibrato correcto descrito hasta que suene bonito.

La voz puede desarrollarse en forma de una verdadera disciplina o rama yóguica: el Nada-Yoga

 


Vuelta al Principio    Última actualización: domingo, 15 de marzo de 2015    Visitantes: contador de visitas